Dirección y texto: Ana Vallés.
Un espectáculo sin límites.
Ayer, como otras veces, fui al teatro Jovellanos con mi mentor y amigo A. con el que vi un espectáculo de la compañía Matarile: Inloca. Se puede leer en la descripción escrita en el programa:
In Loca. Libremente del latín: lugares adonde. Y todo junto, INLOCA: NO LOCA. Un adjetivo inventado para negar la locura (¿Nunca Loca?) Lo que no supondría Cuerda, y menos aún razonable.
De estas palabras podemos hacernos una idea sobre hacia donde va esta manifestación artística. Basada en cuadros inspirados por artistas, filósofos, pensadores, grandes personalidades como Deleuze, Steiner, Tarkowski y Agamben, entre otros.
Los cuadros se desarrollan entre diálogos y monólogos inteligentes donde las ideas, nunca vacías, se mezclan con danzas acordes a una escritura escénica “contrapuntística”. Niveles múltiples como las emociones que claman. Están estas en un continuo contrapunto con la reflexión inducida al público, con preguntas abiertas ad spectatores.
La escena, con una excelente “pintura” escénica a través de la luz y de los colores, digno del mejor Adolphe Appia, se añade al contrapunto sosteniéndolo con el diseño de ambiente.
Diseño escénico, luz y danza, viven una escena que va mas allá de los simples confines de la separación entre escena y público. De hecho, la sensación es de completa abertura del espacio escénico. El publico se encuentra dentro de la escena, mas de una vez las luces de la cuarta pared iluminan el patio de butacas, y en general todo el teatro, para invitar al publico que, de una forma u otra, se encuentra participe.
Un publico al que se le invita constantemente, a veces de forma implícita a veces de forma explícita, a participar y lo hace alimentando las reacciones de los actores en un continuo y excitante loop autopoyético de feedback (donde la reacción del público alimenta la del actor, que reacciona en una forma diferente y devuelve la sensación al público que reanuda el ciclo en forma casi infinita). Es difícil no ser participe de tan grande expresión corporal, musical, personal.
Rasgos cómicos, trágicos a la merced del tiempo que pasa de forma inevitable. Esta compañía, con este espectáculo ha puesto el cuerpo humano en todos sus rasgos: las relaciones, el cuerpo cambiante, el alma, el cuerpo en su fisicidad que se mueve expuesto y al tiempo con la verdad de lo que somos, la imaginación, la sinestesia de los sentidos y la percepción de ellos.
La exposición del cuerpo que vive y se manifiesta en toda su vulnerabilidad, sensualidad, fuerza y elegancia de cuerpos que bailan en un tiempo que fluye. Se habla de la verdad de la existencia fotografiada en el instante en que realiza su fragilidad.
Davide Termini
Link/ enlaces:
Página web de la compañia Matarile https://www.matarileteatro.net/inloca